Hay una cangrejita al que le quema la piel, que le quema la vida, que le quema el amor.
Aquélla cangrejita se posó sobre mí y se durmió.
Aquélla cangrejita cuando se despertó me llenó de besos y yo sin querer me dormí.
Aquélla cangrejita, al despertarnos los dos, me prometió no quitarse nunca, ya que yo al dormir me volví de leche y café, azúcar para sus heridas, calmando su ardor.
¿Cual ardor?, le pregunté
Aquel que se alivia con calor, aquel que se alivia con ascuas y promesas de entrega, me respondió.
Entonces, entre su amor, lentamente mi cangrejita, me durmió
Un poema lleno de recuerdos... Y para terminar este poema, una canción que es un poema en sí; siendo la ganadora por se la canción de la semana interpretada nada más y nada menos que el creador del soundtrack de mis días. Mi querido Gustavo Cerati.
Las mejores
cosas que te pueden pasar son las no planeadas. Aquellas que de pronto te
llenan de alegría, tristeza, dolores, rencores y todas las emociones que te
puedan hacer experimentar si es que te encontrabas en un estado pasivo, como ir
caminando por la calle viendo al piso y de pronto te topas al amigo que no has
visto desde hace 6 meses. Puedo decir que mucho tiempo de mi vida me la pasé
planeado todo y aún me cuesta mucho trabajo quitarme de mis hábitos el querer
controlar cada cosa que hago. Y es que cuando uno controla las situaciones nos
da más seguridad, en esa zona tan nombrada por los tipos que escriben sus
libros de motivación personal como “zona de confort”.
Las mejores
cosas son las que no están planeadas en mi vida porque al conocer al amor de mi
vida en un lugar donde nunca quise estar desde un principio, y donde además encontré
las amistades que a mi suponer serán las que son definitivas.
Hablando arriba
de zonas de confort, estos días he sentido una presión que en años pasados
tampoco pensé sentir. El comenzar a trabajar de manera formal en una empresa,
el tener que realizar un libro sin que parezca una tarea de escuelita, el
querer darle todo el tiempo a tu pareja para que no se sienta abandonado por
todas las cosas que tanto la escuela y familia te exigen igual o más se está volviendo
todo un reto para mí.
A veces
quisiera alejarme de todos y quedarme dormida todo el día, tener todo el tiempo
del mundo para leer el libro en turno y nada más. Pero es aquí donde la ironía
cobra cuentas conmigo al querer replantearme hacer horarios para todas las
actividades que necesito hacer.
Horarios,
horarios… esos malditos horarios que lo único que hacen es aumentar más las
minucias de mi cotidianidad. Ver las cosas más lentas, torpemente controladas
por horas, minutos y segundos que como grilletes te amarran y te nublan la
vista. Porque queramos o no, si de algo que estamos haciendo y nos gusta mucho hacer
pero controlamos con horarios sabiendo que se realiza de manera obligatoria es
un balde de agua fría.
Pero basta de
hablar de cosas tristes. Debería sentirme afortunada porque aún tengo tiempo
para escribir esto. Bueno… lo estoy escribiendo en clase. Sí… puedo ver a todos
mis compañeros complicarse la vida por un trabajo que debe subirse a plataforma
en menos de dos horas y me divierte ver sus caras presionadas y poco amistosas.
Frente de mí,
alguien realiza un discurso, del cual se está complicando la vida pensando que
lo leerá. Seguramente eso es lo que quiere, sentir los aplausos de las personas
que lo escucharán, pensando para sus adentros: “soy una genialidad, admírenme,
bla, bla, bla”. Basta. Como si me importara de verdad ver a las demás personas.
“Uff, como soy taaaaaan chismosa” jajaja. Curiosamente estos días he escuchado
la palabra viborear. Pobre animales. Aunque la cultura popular nos remite que
estos reptiles son engañosos o malos, se me hace injusto que las serpientes
siempre sean seres malignos ¿Acaso con solo sacar su lengua para sentir el
ambiente es para nosotros hablar mal? El miedo es lo que nos hace pensar que
ellos son malos o por qué son feos. Pues sí. Eso ha de ser. Nadie va decir la tontería
de “Vamos a Conejear” porque son bonitos los conejos y nunca harían nada malo. Por
inofensivos, porque al verlos hacemos “aaaaaah”.
Y como ya
perdí la ilación de este post por querer abarcar tantos temas y a la vez creo
que ya no estoy diciendo nada en concreto. Mejor dejo una canción para su
deleite… mejor para el mío.
Una canción muy sensual... que desgraciasdamente forma parte del soudtrack del New Moon. Pero como Muse debe comer, supongo que no tuvo de otra más que decir sí he integrarse a la lista de canciones de esa película asquerosa. Es increible como destruyen la ficción del terror clásico con babosadas románticas y mal hechas a parte.