sábado, 21 de abril de 2012

La Cangrejita






Hay una cangrejita al que le quema la piel,
que le quema la vida, que le quema el amor.

Aquélla cangrejita se posó sobre mí
y se durmió.

Aquélla cangrejita cuando se despertó
me llenó de besos
y yo sin querer me dormí.

Aquélla cangrejita, al despertarnos
los dos,
me prometió no quitarse nunca,
ya que yo al dormir
me volví de leche y café,
azúcar para sus heridas,
calmando su ardor.

¿Cual ardor?, le pregunté

Aquel que se alivia con calor,
aquel que se alivia con ascuas
y promesas de entrega, me respondió.

Entonces, entre su amor,
lentamente mi cangrejita, me durmió



Un poema lleno de recuerdos... Y para terminar este poema, una canción que es un poema en sí; siendo la ganadora por se la canción de la semana interpretada nada más y nada menos que el creador del soundtrack de mis días. Mi querido Gustavo Cerati.







miércoles, 18 de abril de 2012

¿Planear o no planear?


Las mejores cosas que te pueden pasar son las no planeadas. Aquellas que de pronto te llenan de alegría, tristeza, dolores, rencores y todas las emociones que te puedan hacer experimentar si es que te encontrabas en un estado pasivo, como ir caminando por la calle viendo al piso y de pronto te topas al amigo que no has visto desde hace 6 meses. Puedo decir que mucho tiempo de mi vida me la pasé planeado todo y aún me cuesta mucho trabajo quitarme de mis hábitos el querer controlar cada cosa que hago. Y es que cuando uno controla las situaciones nos da más seguridad, en esa zona tan nombrada por los tipos que escriben sus libros de motivación personal como “zona de confort”.

Las mejores cosas son las que no están planeadas en mi vida porque al conocer al amor de mi vida en un lugar donde nunca quise estar desde un principio, y donde además encontré las amistades que a mi suponer serán las que son definitivas.

Hablando arriba de zonas de confort, estos días he sentido una presión que en años pasados tampoco pensé sentir. El comenzar a trabajar de manera formal en una empresa, el tener que realizar un libro sin que parezca una tarea de escuelita, el querer darle todo el tiempo a tu pareja para que no se sienta abandonado por todas las cosas que tanto la escuela y familia te exigen igual o más se está volviendo todo un reto para mí.

A veces quisiera alejarme de todos y quedarme dormida todo el día, tener todo el tiempo del mundo para leer el libro en turno y nada más. Pero es aquí donde la ironía cobra cuentas conmigo al querer replantearme hacer horarios para todas las actividades que necesito hacer.

Horarios, horarios… esos malditos horarios que lo único que hacen es aumentar más las minucias de mi cotidianidad. Ver las cosas más lentas, torpemente controladas por horas, minutos y segundos que como grilletes te amarran y te nublan la vista. Porque queramos o no, si de algo que estamos haciendo y nos gusta mucho hacer pero controlamos con horarios sabiendo que se realiza de manera obligatoria es un balde de agua fría.

Pero basta de hablar de cosas tristes. Debería sentirme afortunada porque aún tengo tiempo para escribir esto. Bueno… lo estoy escribiendo en clase. Sí… puedo ver a todos mis compañeros complicarse la vida por un trabajo que debe subirse a plataforma en menos de dos horas y me divierte ver sus caras presionadas y poco amistosas.

Frente de mí, alguien realiza un discurso, del cual se está complicando la vida pensando que lo leerá. Seguramente eso es lo que quiere, sentir los aplausos de las personas que lo escucharán, pensando para sus adentros: “soy una genialidad, admírenme, bla, bla, bla”. Basta. Como si me importara de verdad ver a las demás personas. “Uff, como soy taaaaaan chismosa” jajaja. Curiosamente estos días he escuchado la palabra viborear. Pobre animales. Aunque la cultura popular nos remite que estos reptiles son engañosos o malos, se me hace injusto que las serpientes siempre sean seres malignos ¿Acaso con solo sacar su lengua para sentir el ambiente es para nosotros hablar mal? El miedo es lo que nos hace pensar que ellos son malos o por qué son feos. Pues sí. Eso ha de ser. Nadie va decir la tontería de “Vamos a Conejear” porque son bonitos los conejos y nunca harían nada malo. Por inofensivos, porque al verlos hacemos “aaaaaah”.

Y como ya perdí la ilación de este post por querer abarcar tantos temas y a la vez creo que ya no estoy diciendo nada en concreto. Mejor dejo una canción para su deleite… mejor para el mío.

        Una canción muy sensual... que desgraciasdamente forma parte del soudtrack del New Moon. Pero como Muse debe comer, supongo que no tuvo de otra más que decir sí he integrarse a la lista de canciones de esa película asquerosa. Es increible como destruyen la ficción del terror clásico con babosadas románticas y mal hechas a parte.