martes, 21 de julio de 2009

Oscuridad

Amo la oscuridad y todo lo que ella me da en mi cabeza. Me tranquiliza, me reconforta y calma el dolor agudo de la migraña y el olvido.

Amo la noche, su textura azabache y grandiosa. Protectora de sueños y pesadillas. Grata compañía de desamores y armonías. Me besa las cienes, me toma, me hace cantos de grillos y susurros nocturnos. Me colma del vino de las soledades, el mas añejo, el mas nuevo, el exquisito.

Amo la oscuridad de terciopelo. Amo eso que los hombres temen de lo conocido que desconocen. Amo lo que no puedo mirar o imaginar entre las estrias de su opaco encanto vil y misterioso, por que me es interesante y lejos de lo que los eruditos llaman "real".

Amo la sombras que ocultan mis plieges de carnes, con ella sólo queda el pensamiento y la tentación de crear finitas metáforas de lo que soy en mi conciencia.

Amo las lujurias del espacio que creas, doncella caprichosa, pues muestras mis pasiones que tengo adormiladas en lugares que pienso olvidados, adormilados por el tiempo monótono y grisaseo que se impone ante los deseos mas bajos, ancestrales, que son salvajes y puros, obsenos...míos.

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